Lila, la Mariposa que Soñaba Volar Alto

Lila, la Mariposa que Soñaba Volar Alto

Lila, la Mariposa que Soñaba Volar Alto

Había una vez, en un jardín mágico lleno de flores de todos los colores, una pequeña mariposa llamada Lila. Lila tenía alas violetas y amarillas, y le encantaba volar entre las margaritas y las rosas. Siempre estaba riendo y soñando despierta.

Un Jardín Lleno de Amigos

En ese jardín, vivían muchos pequeños insectos: la hormiga Tomás, la abeja Zuri y el saltamontes Bruno. Todos eran muy amigables y jugaban juntos todos los días. Entre ellos, Lila era la más soñadora. Le gustaba imaginar que podía volar más alto que ninguna otra mariposa.

Una mañana, mientras el sol brillaba y las flores bailaban con el viento, Lila miró hacia el cielo azul y pensó en voz alta:

—¡Me gustaría volar hasta la punta del gran árbol del jardín!

El gran árbol era muy alto, más alto que todas las flores y plantas. Las otras mariposas nunca habían llegado hasta allá.

Los Sueños de Lila

Lila compartió su sueño con sus amigos. Tomás le dijo:

—¡Es un sueño muy bonito, Lila! Pero es muy alto, ¿no te da miedo?

Zuri, la abeja, zumbó:

—Quizás deberías conformarte con las flores bajas. El árbol está muy lejos.

Pero Lila no se desanimó. Sonrió y agitó sus brillantes alas:

—Yo creo que puedo hacerlo. ¡Si lo intento, quizás lo logre!

El Primer Intento

Al día siguiente, Lila se preparó. Respiró hondo y comenzó a volar hacia el gran árbol. Voló sobre las margaritas, luego sobre las rosas, y después sobre los tulipanes. Pero cuando llegó a la mitad del camino, el viento sopló fuerte y Lila se sintió cansada. Bajó y descansó sobre una hoja.

Tomás llegó corriendo y le preguntó:

—¿Estás bien, Lila?

Lila suspiró:

—Sí, pero no llegué. El árbol es muy alto.

Tomás le dio ánimo:

—¡No te rindas! Recuerda que eres muy valiente.

Creer para Volar Más Alto

Lila pensó en lo que le había dicho Tomás. Recordó que si creía en sí misma, podría hacer cosas increíbles. Decidió intentarlo de nuevo al día siguiente.

Esa noche, Lila soñó que sus alas eran fuertes y ligeras. Soñó que llegaba a la copa del árbol y veía todo el jardín desde arriba. Se despertó feliz y llena de energía.

El Gran Vuelo

Cuando salió el sol, Lila fue al jardín. Sus amigos la acompañaron y le dijeron:

—¡Tú puedes, Lila!

Lila sintió el apoyo de sus amigos y, sobre todo, creyó en sí misma. Batió sus alas y comenzó a volar. Esta vez, cuando el viento sopló, Lila pensó:

—¡Puedo lograrlo! Solo tengo que seguir intentándolo.

Siguió volando, cada vez más alto. Pasó las flores, las ramas bajas y las hojas grandes. Cuando se sintió cansada, descansó en una ramita y luego continuó.

Finalmente, llegó a la copa del gran árbol. Desde allí, vio todo el jardín: las flores, los insectos y a sus amigos que la saludaban desde abajo.

Lila se sintió feliz y orgullosa. Había cumplido su sueño porque nunca dejó de creer en sí misma.

La Fiesta de Lila

Todos los insectos del jardín celebraron con una gran fiesta. Bailaron y cantaron alrededor del árbol. Lila les contó cómo, aunque fue difícil, siguió intentándolo porque sabía que podía lograrlo.

Desde ese día, cada vez que algún insecto tenía miedo de intentar algo nuevo, Lila les recordaba:

—¡Si crees en ti y no te rindes, puedes llegar muy alto!

Y así, el jardín se llenó de sueños y de mariposas volando cada vez más alto.


Moraleja:

"Nunca dejes de creer en ti mismo. Si tienes un sueño y trabajas por él, ¡puedes llegar tan alto como quieras!"

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