Piquito y el Gran Reto del Granero Rojo
Había una vez, en una granja alegre y colorida, un pollito amarillo llamado Piquito. Piquito era curioso y siempre tenía muchas preguntas. Le encantaba correr por los campos verdes, saltar los charcos y mirar cómo las mariposas volaban cerca del granero rojo.
Un día, mientras jugaba cerca de la cerca, escuchó a la vaca Lola decir:
—¡Oh no! ¡El granero está tan desordenado que nadie puede encontrar sus cosas!
La oveja Lana suspiró:
—¡Necesitamos ayuda para limpiar! ¡Pero es mucho trabajo para uno solo!
Piquito abrió sus ojitos y agitó sus alitas. ¡Quiero ayudar!, pensó. Así que corrió con sus patitas rápidas y dijo con voz alegre:
—¡Yo quiero ayudar! ¿Qué puedo hacer?
La vaca Lola sonrió y le respondió:
—Gracias, Piquito. Si todos ayudamos, será más fácil y divertido.
El plan para limpiar el granero
Piquito fue por toda la granja, llamando a sus amigos:
- Trompitas, el cerdito juguetón
- Saltarina, la coneja veloz
- Pepe, el pato bromista
Les contó la idea y todos dijeron:
—¡Sí! ¡Vamos al granero rojo!
Cuando llegaron, vieron que había heno por el suelo, baldes fuera de su sitio y herramientas desordenadas.
Piquito miró a sus amigos y dijo:
—Si trabajamos juntos, ¡podemos limpiar muy rápido!
¡Manos a la obra!
Cada uno eligió una tarea:
- Trompitas rodó los baldes con su hocico.
- Saltarina saltó y recogió las zanahorias caídas.
- Pepe ordenó las herramientas con su pico.
- Piquito barrió el heno con sus alitas.
Mientras limpiaban, cantaban una canción divertida:
"¡Juntos es mejor,
limpiamos con amor!
Si tú me ayudas a mí,
yo te ayudo a ti."
Pronto, el granero comenzó a verse brillante y ordenado. La vaca Lola y la oveja Lana miraban felices. Los pollitos más pequeños aplaudieron y saltaron de alegría.
¡Un pequeño problema!
De repente, Trompitas quedó atascado entre dos baldes. Intentó salir, pero no pudo. Todos se preocuparon. Pero Piquito tuvo una idea:
—¡Si empujamos juntos, Trompitas saldrá fácil!
Todos contaron hasta tres: uno, dos, tres… ¡empujaron!
¡Y Trompitas salió rodando y riendo!
—¡Gracias, amigos! —dijo con una gran sonrisa—. ¡Juntos todo es mejor!
La gran sorpresa
Cuando terminaron, la vaca Lola les preparó una merienda especial. Había galletas, jugo de manzana y pastel de zanahoria. Los amigos se sentaron juntos, contentos y orgullosos de su trabajo.
Piquito miró a todos y dijo:
—Hoy aprendí que, cuando somos amigos y colaboramos, podemos lograr cosas grandes y divertirnos mucho.
Todos aplaudieron y gritaron:
—¡Viva la amistad y la colaboración!
Y así, en la granja, cada día fue más alegre, porque todos sabían que, juntos, podían hacer cualquier cosa.
Moraleja
La verdadera fuerza está en la amistad y en ayudar a los demás. Cuando trabajamos juntos, ¡todo es posible y mucho más divertido!